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Calostro es el nombre que recibe la primera leche secretada por la madre tras el nacimiento del bebé. Esta empieza a producirse en el pecho entre las semanas 12 y 18 del embarazo y es el alimento primordial de tu pequeñín durante los primeros cinco días de vida tras el parto. El calostro suele ser de color amarillo debido a su alto contenido en carotenoides por lo que también se le conoce como oro líquido, y está compuesto por proteínas, azúcares y grasas que fortalecen el sistema inmunitario de tu bebé contra los gérmenes que se encuentran en el ambiente cuando llega al mundo.
Beneficios del calostro
El calostro se secreta en cantidades muy pequeñas, entre 2-20 ml por toma y es rico en inmunoglobulinas A, también conocidas como sIgA, que ayudan a proteger las paredes del intestino y el aparato respiratorio de tu bebé. De igual forma, además de ofrecer protección contra problemas intestinales, también actúa como laxante por lo que ayuda al organismo del bebé a liberarse del meconio (deposiciones oscuras) que acumuló mientras estaba en tu vientre; esta eliminación temprana del meconio ayuda a reducir la ictericia (coloración amarilla en la piel común durante los primeros días de nacido).
Así mismo, el calostro contiene una abundante cantidad de glóbulos blancos los cuales ayudan al organismo de tu pequeñín a combatir infecciones pues producen anticuerpos que contribuyen a neutralizar bacterias o virus. Esta primera leche materna que se produce durante los primeros cinco días después del parto, es igualmente rica en vitamina A, la cual cumple una función esencial para el desarrollo de la vista del bebé; y contiene minerales como el magnesio que ayuda a la maduración del corazón y los huesos. Si bien son muchos los beneficios del calostro, es igualmente importante destacar que este presenta una composición similar a la del líquido amniótico (que el bebé ha estado deglutiendo y excretando en el útero), por lo que es ideal para facilitar su transición al mundo exterior.
Diferencia entre el calostro y la leche materna
El calostro es la sustancia producida y secretada por el pecho de la madre tras dar a luz, por su parte, la leche materna comienza a salir tras el sexto día aproximadamente después del parto. El calostro presenta un aspecto más denso y amarillo y su composición es diferente ya que está adaptado a las necesidades específicas del bebé. Una de las diferencias es que el calostro contiene casi cuatro veces más zinc que la leche madura, el cual ayuda al desarrollo del cerebro del bebé. Así mismo, mientras el calostro contiene un alto contenido proteínico, necesario para fortalecer el sistema inmunitario del organismo, la leche contiene la combinación ideal de nutrientes (hidratos de carbono, vitaminas, proteínas, minerales y grasas) disueltos en un alto contenido de agua que ayudarán al correcto crecimiento del bebé.
Extracción de calostro
Algunos especialistas recomiendan extraer el calostro antes del parto ya que aporta beneficios para las madres como autoconfianza y mejor preparación para la lactancia. De igual forma, almacenarlo permitiría tener reservas de leche materna en el caso de que el bebé necesite un suplemento de leche tras el nacimiento. En caso de que el bebé no pueda ser amamantado durante las primeras horas, se puede extraer el calostro de manera manual para alimentarlo y así evitar el uso de leches complementarias no naturales.
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