Volver a En embarazo
¿Por qué? Porque la responsabilidad de gestar una vida y llevarla durante un tiempo en el interior de la mujer hace que la pareja tenga que disponer de toda la voluntad para cuidar cada aspecto de la salud, sobre todo de la futura mamá.
No solo es cuidarse: también es educarse, reunir la información, tener atención médica, detectar posibles enfermedades, adaptar desde el presente la vida familiar para darle la bienvenida al bebé de la mejor forma posible, incluso, reconfigurar la economía y la infraestructura del hogar para que nada quede en el aire.
En los nueve meses que dura el embarazo, el cuerpo de la mujer cambia radicalmente en función de su propio mantenimiento y el del pequeñín que comienza a crecer en su interior, y los cambios no solo son físicos, la sensibilidad se pone a flor de piel: ansiedad, alegría e inseguridad permanente.
¡Es normal!, los cambios hormonales estarán a la orden del día.
¿Y papá? Aunque no tenga cambios físicos tan evidentes, créenos que sus hormonas se mueven sin parar. Sus niveles de testosterona bajan a sus mínimos posibles y sus instintos paternales se revelan, al punto de agudizar el oído para escuchar más fácil las reacciones de mamá, disminuir el apetito sexual en los periodos de gestación o incluso después, escuchar llorar al bebé.
¿Ves? No ha llegado tu pequeñín y ya todo comenzó a cambiar. Aquí juega un papel muy importante el profesional de la salud ya que con su diagnóstico, se aumentan las posibilidades de una preconcepción saludable. La salud debe estar lista. Podríamos decirte mil cosas a tener en cuenta para preparar la llegada de tu pequeñín, pero rescatamos las más importantes a continuación:
Mamá, si sientes que el embarazo es un hecho, verifícalo con un análisis de sangre. Esta evaluación analizará si en tu sangre existe una hormona llamada “Gonadotropina coriónica humana (GHC)”, que se produce en tu placenta posterior a que un óvulo fertilizado se haya implantado en el útero. La diferencia entre esta prueba y la de orina es que detecta el embarazo incluso antes de la falta de periodo menstrual.
Hábitos como el cigarrillo y consumo de alcohol deben desaparecer. Todos estos afectan al desarrollo del bebé.
Cuidar el peso, tanto el sobrepeso como la delgadez.
Mantener una dieta sana, equilibrada y completa con el consumo de alimentos que contengan ácido fólico, fundamental para la creación de células nuevas. Está presente en: vegetales de hojas verdes (rúgula, espinaca, lechuga, acelga, col, entre otros), frutas (aguacate, naranja, plátano y melón), granos (nueces, avellanas, almendras) y cereales (trigo y centeno).
¡Mamá y papá recuerden! Preparar la llegada de un nuevo bebé es dejar listo el camino de un viaje que durará para siempre.
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